Confesiones de una clienta

Aquel miércoles tenía cita para un tratamiento facial en el Centro de Estética Algazul, y a punto estuve de no ir: no había dormido bien, me sentía cansada, y el estrés del trabajo parecía que iba a poder conmigo. Finalmente acudí a la cita desencajada y arrastrándome, aunque mi mente estaba a mil revoluciones por segundo. Nada más traspasar la puerta, Patricia me miró y me preguntó: ¿qué te pasa? Le conté un poco y empezamos el tratamiento.

 

De entrada percibió mi desequilibrio y comenzó con un mimoso masaje de aceites en el rostro. La aromaterapia entró en acción y yo empecé a relajarme bajo el efecto de los perfumes y el masaje. Empecé a respirar con normalidad y la dejé hacer.

 


Me notó que tenía mucha tensión en las cervicales, por lo que extendió su masaje a escote, nuca, cabeza, hombros y brazos, y allí se quedó un rato aflojando mis músculos y aligerando mi cabeza de pensamientos.

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Antes de aplicarme la mascarilla de barro del Mar Muerto me colocó distintas piedras en los chacras raíz, segundo, tercero o plexo solar, y corazón. Percibió que toda la energía estaba acumulada en la cabeza, por lo que era necesario bajarla y equilibrarla. Me quedé relajada, notando el efecto de la mascarilla en mi rostro, y sintiendo como la gemoterapia me iba armonizando la energía.

 

Está demostrado que en el barro del Mar Muerto contiene 21 minerales diferentes como el magnesio, calcio, bromo y potasio. Es muy nutritivo para la piel, disminuye dolores reumáticos, estimula el sistema circulatorio y relaja los nervios. Luego me la retiró con agua tibia, y me dio unos minutos más de masaje antes de aplicarme la mascarilla de algas.

 

Yo sentía como mi cuerpo estaba respondiendo al tratamiento holístico que Patricia me estaba proporcionando. La fitocosmética actuaba en mi piel para dejarla nutrida, hidratada, relajada, como nueva; los masajes me relajaron y me quitaron las tensiones acumuladas; la aromaterapia puso mis emociones y pensamientos en su sitio, ya era capaz de pensar con claridad sobre prioridades, no como cuando llegué que estaba nadando en un maremagnum de ideas, agobiada, y cansada; y por último, la gemoterapia liberó los bloqueos en los chacras y hizo posible que mi energía circulara libremente y sin bloqueos.

 

Cuando Patricia me retiró del rostro la mascarilla de algas me sentí ligera, renovada, y dispuesta a seguir con mi día. Quedaron atrás las capas de energía densa y negativa, respiraba tranquila, relajada y confiada.

 

He vivido en primera persona la experiencia de un tratamiento holístico en el Centro de Estética Algazul. Holístico significa concepción global de todo el organismo, no sólo consiste en aplicar buenos tratamientos cosméticos en la piel con productos naturales de máxima calidad, sino que el concepto es más amplio: la aromaterapia equilibra emociones y pensamientos, que al fin y al cabo siempre se reflejan en el exterior, los masajes relajan, y la gemoterapia completa el trío perfecto para potenciar la belleza exterior a través del propio equilibrio interior.

Por cierto, me recomendó las esencias de geranio y patchuli para mantener la armonía.